Artista: Arrigo Barnabé
Álbum: Tubarões Voadores
Año: 1984
Género: Prog Avant Garde
Nacionalidad: Brasil
Lista de Temas:
1. Tubarões Voadores
2. Crotalus Terrificus
3. Neide Manicure, Pedicure
4. Kid Supérfluo, o Consumidor Implacavel
5. Papai Não Gostou
6. A Europa Curvou-se Ante o Brasil
7. Lenda
8. Mistica
9. Mirante
10. Canção do Astronauta Perdido
1. Tubarões Voadores
2. Crotalus Terrificus
3. Neide Manicure, Pedicure
4. Kid Supérfluo, o Consumidor Implacavel
5. Papai Não Gostou
6. A Europa Curvou-se Ante o Brasil
7. Lenda
8. Mistica
9. Mirante
10. Canção do Astronauta Perdido
Alineación:
- Arrigo Barnabé y numerosos invitados / Todos los intrumentos
Y ya que estuve publicando álbums del maestro Arrigo, vamos con la resubida de los "Tiburones Voladores", de lo mejor de la música experimental que ha salido en la estúpida y aburrida década del 80, lejos...
Como pueden ver en el video, plagado de elementos de comic y delirios varios, acá hay mucho Zappa pero también música contemporánea reunido en un aire muy operístico.... todo muy loco pero de muchísima calidad! Que lo disfruten...
Algunos relacionan a su música con la de Frank Zappa, y es cierto que algo de eso hay. Sin embargo, lo que hace Arrigo Barnabé, compositor, tecladista y cantante brasilero, se resiste a ser comparado y encasillado en ningún género o corriente. En Barnabé -y su segundo trabajo, "Tubarões Voadores", es un excelente ejemplo- conviven instrumentaciones que parecen incompatibles, muchísima imaginación, sensibilidad en tono pop de cámara y ritmos que invitan a mover el cuerpo. Por lo general, las bases tienen un aire fusionero, si bien la complejidad de la música no pasa nunca por la velocidad, los cortes inesperados ni los solos imposibles. Podría hablarse, creo yo, de que una de las mayores sorpresas que encierra un disco como Tubarões Voadores es la capacidad de crear composiciones que parecen ir siempre para adelante; con voces que cantan en la misma medida en que monologan y dialogan, mientras las instrumentaciones encierran muchas más variaciones de las que pueden apreciarse en una primera escuchada. Muchísimos teclados, más de sesenta músicos (!), varios arreglos deliciosos de vientos y cuerdas, y una sensación general cinematográfica, teatral; se perciben por todas partes historias, situaciones y personajes, sin por eso poder afirmarse que se trata de un disco conceptual. La banda suena ajustadísima, conjugando muy bien enfoque con libertad interpretativa. Casi siempre se manejan en medio tempos. Muchos cantantes excelentes, coros, voces, gritos, chillidos; siempre con un trabajo melódico genial. Arrigo y su banda no pretenden trascender límites en lo que refiere a texturas, ni climas, ni experimentar por los caminos de lo abstracto; más bien, parece que quisieran crear un circo enorme, juguetón, con máscaras, maquillaje, disfraces y personajes estrafalarios. Escenarios fellinescos donde lo perturbador se convierte en alegría pura. Aunque tal vez no pretenda ser necesariamente novedosa, la música de Tubarões Voadores sí le apuesta a la frescura, al abordar estilos variados desde una óptica nueva, con la cabeza más puesta en el placer y la belleza que en la sofisticación y la transgresión. En cierto modo, sin embargo, Barnabé y sus compañeros logran ambas cosas.
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