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Andre Matos - Mentalize (2009)


Artista: André Matos
Álbum: Mentalize
Año: 2009
Género: Metal sinfónico / Metal progresivo
Nacionalidad: Brasil


Lista de Temas:
1. Leading On
2. I Will Return
3. Someone Else
4. Shift the Night Away
5. Back to you
6. Mentalize
7. The Myriad
8. When the Sun Cried Out
9. Mirror of Me
10. Violence
11. A Lapse in Time
12. Power Stream
13. Don ‘t Despair

Alineación:
- André Matos / Voz y piano
- André Hernandez (Angra) / Guitarras
- Hugo Mariutti / Guitarras
- Luís Mariutti / Bajo
- Fábio Ribeiro / Teclados
- Eloy Casagrande / Bateria


Y tampoco nos olvidemos de nuestros amigos metaleros, para ellos va este disquito.
Andre Matos es, según dice Luis de Catamarca (que anda desaparecido desde un buen rato) el "Farinelli" del rock, pero con la salvedad de que no es de Italia sino que es un cantante y compositor originario de Brasil, conocido por su excelente desempeño como vocalista (de esos que parece que por momentos le apretan un huevo, cosa que con el Farinelli verdadero no podía pasar), pianista y compositor. Su versatilidad lo ha llevado a experimentar en distintos planos musicales a lo largo de su carrera, siendo su preferido el metal en sus distintas variantes.



"Mentalize" es su segundo disco en solitario, después del "Time To Be Free" de 2007 que ya vamos a traer, una nueva obra musical que se suma a los ya logrados junto a Viper, Angra, Shaman, Virgo (que también hemos traído a este espacio), Avantasia, etc..
No voy a reseñar el disco, no es mi estilo, y lo dejo por ello en manos de otra gente, que lo va a hacer mejor que yo:

¿Pueden hacerse mejor las cosas? ¿Tiene que demostrar aún algo en el mundo de la música alguien que, si bien no ha traspasado la barrera para entrar a la élite mundial, ha hecho prácticamente de todo? Ése es el caso de André Matos. El compositor, vocalista y músico brasileño lleva desde los 14 años revolucionando el heavy en su país y ahora entra por sus propios méritos en el mundo el progresivo. Sin abandonar sus raíces de metal y power, pero evolucionando sin parar. ¿Hasta dónde puede llegar? De momento, su segundo disco en solitario, ‘Mentalize’, es una joya que mejora aún más lo que hizo con ‘Time To Be Free’ (2007). Y parecía imposible...
Lo dicho. ‘Time To Be Free’ fue tan buen disco y un trabajo tan excelso que parecía imposible superarlo. El típico dilema sobre un artista cuando llega a su cima y parece que todo lo que haga después ya será inferior. Pero no. André Matos no conoce todavía su techo y es la gran noticia para el mundo de la música.
En este ‘Mentalize’ es cierto que no tiene canciones tan brillantes como ‘Letting Go’, ‘A New Moonlight’ (una versión con letras de ‘Claro de luna’ de Beethoven, con la que ya trabajó en su etapa en Viper) o ‘Endeavour’, pero en conjunto realiza un álbum más completo, consistente y poderoso. Se podría decir, para ser exactos, que no se deja ninguna laguna, que es un disco redondo -sin coñas sobre la forma evidente de un CD- y donde todas las canciones tienen un elevado valor.
Hablando puramente de música, Matos evoluciona su power metal melódico cada vez más hacia un metal progresivo aunque, para ser fieles a la verdad, no demasiado complejo y sin ataduras de etiquetas. Simplemente, se centra en crear la música que le gusta. Y lo hace con una energía increíble. Su comienzo arrollador es ‘Leading On’, que ya en su título lo dice. Una carga musical tremenda, un himno de power metal en toda regla. Contundente, rápido y con un estribillo muy melódico y pegadizo. Continúa con una amable canción de heavy, muy ornada con teclados y climax agradable. Lo corona con un estribillo precioso y épico que pone los pelos de punta. Quizás algo comercial, pero convincente: ‘I Will Return’ es su nombre.
‘Someone Else’ recuerda a cosas que hizo en su anterior disco, algo más contundente y con pasajes de guitarras más heavys al estilo tradicional, algo hardcore. Sin embargo, haciendo demostración de su enorme talento como pianista y amante de la música clásica, se marca un intermezzo tremendo que de nuevo emociona y evoca a grandes compositores de la Historia de este arte. Quizás no convence tanto el regreso a un repentino heavy con voces distorsionadas donde, recuerda, por el timbre que emplea, a la voz de Bruce Dicksinson. Pero si alguien estaba algo desilusionado -sigue siendo un gran tema-, llega ‘Shift The Night Away’, otro himno más. Melódico a la par que powermetalero y tremendamente contundente, se trata de otro de los temas que, como comentaba, forma parte de un todo en este disco sin altibajos.
Para alguien puede significar altibajos lo que André Matos hace concretamente con dos de las canciones: ‘Back To You’ y ‘A Lapse In Time’, que son baladas muy tranquilas, casi bucólicas. Sinceramente, son unas grandes composiciones que nada tiene que ver con la ñoñería o como siempre me gusta decir, las ‘etiquetas musicales’. La música no entiende de géneros en el fondo, sino de calidad. Son dos grandes himnos que elevan la calidad media de este discazo.
Entre ambas canciones más tranquilas Matos no deja pie a que el oyente se levante al cuarto de baño. Se quedará pegado al sillón o si está escuchando el disco en la calle, peligra su seguridad vial. ‘Mentalize’ es otro temazo de power con tintes de metal progresivo. Eso sí, por ser el que da nombre al álbum no implica que sea el mejor, ni de lejos. ‘The Myriad’, la pieza que la sigue por el orden del disco, puede ser quizás aspirante a la mejor. La más progresiva en cuanto a concepción y sonoridad, no olvida las bases rítmicas power pero es un amargo himno épico más con estribillo de impresión.
Y aún queda más, señores, porque Matos incluye hasta 13 temas en este disco. Y ninguno es de relleno. Para nada. ‘When The Sun Cried Out’ es otra canción para alucinar, que recuerda a Angra y Shaaman porque es la que más raíces de la música brasileña se permite en este trabajo Matos. Se nota en algún fondo musical y la forma de entender la longitud de cada verso, algo que en inglés no sucede. Digamos que eso es una concepción más ‘latina’. Por favor, no dejen de escuchar este otro temazo, con un final de los que dejan mella, con una energía y una grandiosidad sinfónica para el recuerdo. Lo mismo se puede decir de ‘Mirror Of Me’, entre el progresivo, el power y el heavy melódico y barroco, lleno de guiños a la música clásica. Otra gran obra en este disco, tremenda y pegadiza. La instrumentación, algo que no he dicho hasta ahora, es de gran calidad en todo el álbum. Se ha rodeado de sus ex más cercanos de Angra y Shaaman y se nota en el resultado. Su voz, por otra parte, al menos en estudio, se ve impecable. Otra cosa es su potencial en directo, algo discutido.
‘Violence’ y ‘Power Stream’ son nuevos ejemplos de un power muy melódico y no acelerado, no tan brillantes como otras canciones mencionadas anteriormente, pero dentro de una excelencia de gran nivel. El cierre, ‘Don’t Despair’, es un homenaje a toda esta idea: la mezcolanza de heavy metal clásico, power a la brasileña y guiños al progresivo y a la música sinfónica. De hecho Matos lo que hace es rescatar una demo de Angra, del disco ‘Reaching Horizons’ (1992).
Un final de disco para un público menos exigente, más joven y que no quiere complicaciones. Es decir: pasajes enérgicos hasta llegar a estribillos poderosos que uno quiere tatarear. Todo eso y más es lo que consigue André Matos con su segundo disco en solitario, pero en realidad es absurdo hablar en estos términos. Su papel en Angra, ahora con mayor trayectoria, así como en Viper -la banda que formó antes de ir a Angra- o Shaaman, le deja en el lugar que se merece: de líder de cualquier banda en la que esté. Pero mejor que firme con su nombre y no ‘engañe’ a nadie con otras firmas. Merece la pena.
Pablo M. Beleña

Andre Matos: genio y figura, uno de los nombres más importantes en el Metal a nivel mundial y quizás el más importante a nivel hispano-americano. Un músico de excepción con una carrera prolífica en cuanto a proyectos, producciones y éxitos. Sin duda ¡un grande! Todo eso al margen de las opiniones y gustos personales, porque hay que convenir en que el tipo tiene un talento que es innegable. Andre nos trae ahora su Mentalize, su segundo larga-duración después de aquél grandioso Time to be Free que fuera su gran debut como solista hace dos años. Aquél primer disco en solitario vino a confirmar que lo hecho por bandas como Viper, Angra, Shaman y Virgo en sus primeros años (o en su disco, en el caso de Virgo) no tuvo nada circunstancial, sino que todo obedeció en su momento al genio de Matos.
Hacía rato ya consagrado, con Time to be Free se pensó que Matos simplemente no tenía techo, que cosa que hiciese, ya fuese en un proyecto como banda o en solitario, tenía que ser grandioso, como mínimo. Pero cada disco debe hablar por sí mismo. Una creación artística no debe ser el eco de sus hermanas y hermanos mayores, ni ser reflejo de la historia pasada del artista. Me explico: un autor puede tener un largo historial de grandes discos, pero eso no es garantía de nada, y en efecto, puede crear un disco no tan bueno en algún punto. ¿Es este el caso? Revisemos en detalle cada canción y el disco como un todo para conocer la respuesta.
El álbum comienza con Leading on, un corte cuyo comienzo recuerda en algo al de Ancient winds, del Ritual de Shaman, al menos en esa onda un tanto mística que lo pone a uno muy a la expectativa. Es una muy interesante intro que cumple con el propósito para el cual creo que está allí. Rápidamente hace su aparición la percusión, a la que acto seguido se unen las guitarras con buenos riffs y el teclado de Fábio Ribeiro. Desde ya comienza a notarse el gran trabajo de Eloy Casagrande, alguien de quien yo al menos no tenía más registro que el del disco anterior de Matos, pero que con el transcurrir de esta canción queda clarísimo por qué Andre lo eligió para formar parte de su proyecto. El joven Casagrande, con sólo dieciocho años, muestra que las composiciones de Matos (una cosa no menor) no le quedan grandes, y es obvio, porque el tipo es lo que se llama un virtuoso. La aparición de Matos y su voz es bastante mesurada y sobria, durante el primer verso, de hecho, sorprende que sea tan calmada, en el segundo sube la tonalidad, que creo más cercana a lo que uno esperaba para la apertura del disco. Es un muy buen estribillo con el que cuenta la canción: la voz de Matos, el coro de fondo y las orquestaciones por parte de Ribeiro constituyen un gran momento dentro de la misma. Luego una parte instrumental, bastante progresiva a decir verdad, uno de los sellos de Matos. Un solo de guitarra bastante bueno que luego de paso a un dueto junto con el teclado. El tema cierra repitiendo los versos iníciales y el coro, lo que es rescatable, siendo el coro en sí bastante bueno. Un tema más que bueno, pero quizás alguno de los que vienen más adelante hubiese sido mejor como apertura del disco.
Prosigue la marcha con I will return, uno de los temas más interesantes del disco, por cuanto se desliga del Metal más Power o Progresivo que uno consideraría más típico de Matos y se instala en terrenos propios del AOR o del Hard Rock más melódico. De hecho, les cuento a modo de anécdota: El primer segundo (en realidad es apenas el primer medio segundo) de la canción me recordó de inmediato a Heartbroke and busted de los legendarios Magnum, con ese coro a capella a la usanza de Queen en el comienzo mismo y que de inmediato atrapa. Ni diez segundos han pasado pero uno ya sabe que será un gran tema con seguridad. Y bueno, no decepciona. Uno está tan acostumbrado a oír a Matos desenvolviéndose entre tonos altos propios de un tenor como él, que tiende a olvidarse lo bien que le quedan los tonos medios, tonos que para esta canción son precisos. Nuevamente, gran trabajo de Casagrande y Luis Mariutti en la base rítmica que sirve de apoyo para un pesado riff que da paso a la voz de Matos (con los mencionados tonos medios) y a un suave piano que genera un notable contraste. Otro verso con el regreso de las guitarras prepara el terreno para el coro, que vuelve, esta vez con su correspondiente instrumentalización, sin duda el gran momento de la canción. Luego hay una pequeña parte instrumental que debe señalarse también entre lo destacable, muy variado, con solos de guitarra, orquestaciones y partes en piano. Un final bastante speed cierra esta gran canción. Reitero: ¡gran canción!
La siguiente es Someone else, otra gran canción, al menos en lo instrumental. Tiene un inicio bastante pausado, pero se las arregla para sonar poderosa. La parte vocal es, para decirlo de frentón, ‘latera’. Uno tiene la idea de que se arreglará todo durante el coro, pero tal cosa nunca llega a suceder; a lo más un repunte. Insisto, instrumentalmente es un temón, pero aburre lo plano de la interpretación de Matos, algo realmente malo si consideramos que es el tema más largo del disco. Acá también está presente el piano del que hicimos mención en la canción anterior, lo que le añade la variedad y el brillo que le quita la voz de Andre. Es en realidad, el primer bajón de lo que va disco, aunque para ser justos no podemos decir que el balance sea del todo negativo.
Cuarto corte y ¡por fin! El Power Metal que uno espera de un Andre Matos se hace presente, y de gran manera. Shift the night away (tema que al parecer no se encuentra disponible en todas las versiones de Mentalize) es la real patada en la cabeza que estaba esperando cuando inserté el disco y puse play. Vamos, que las canciones anteriores son buenas, de verdad buenas, pero ninguna llega a prender como una Carry on o una Hold on (que debe estar más fresca en el recuerdo de los fanáticos). No me malentiendan: no quiero decir que los temas de Matos DEBAN seguir fórmulas como las de los temas mencionados, apunto a otra cosa: tanto Leading on, I will return y Someone else (en especial Someone else) carecen de algo, llamémosle a ese algo ‘chispa’, y chispa es lo que le sobra a esta Shift the night away. No deja de sorprenderme al talento de este chico Eloy, que ejecuta de forma magistral lo que le compone Andre, así como lo pulcro que suenan los riffs de Hugo y André Hernandez (por cierto, el nombre de Matos es Andre, el de su compañero André. Sí… ¡qué relevante!). Un comienzo prometedor da paso a una explosión de riffs, doble pedal y una línea de bajo atronadoras. Primeros versos como se debe: una melodía pegajosa cantada con fuerza. El estribillo sigue la fórmula clásica de la canción Power: melodía ganchera con un coro de fondo en tono medio-alto que motiva y prende bastante. Lo mejor en lo que va de disco.
Después de lo anterior convendría hacer una pausa, así que se agradece la inclusión de Back to you en este momento. Siendo honestos, al comienzo del tema uno tiene la idea de que será una de tantas baladas que abundan en el estilo, de esas que nadie recordará dentro de algunos años. Ya saben: esa típica canción totalmente prescindible que está como relleno en el disco. Esto porque esos tonos bajos suenan, de alguna manera, como desganados y sin feeling, como si algo faltara, de nuevo. Afortunadamente es sólo una primera impresión que no dura más allá del primer verso, porque durante el estribillo todo se arregla y deja más que satisfecho. Efectivamente, una balada que si escucha con atención y apertura de mente califica como preciosa. Claro, no será una alegoría a la belleza como sí lo es Fairy Tale (dicho sea de paso: una de las canciones más bellas que he oído en mi vida) por ejemplo, pero cumple, otro buen momento del disco.
Llegamos a la medianía del disco, donde nos encontramos al tema que le da nombre: Mentalize. Cuento corto: ¡Temazo! En lo personal, creo que es una de las mejores canciones que le he oído a Andre Matos. Arranca de forma media expectante (a estas alturas, se me está haciendo familiar aquello), aumentado en fuerza de forma paulatina hasta convertirse en cátedra de cómo hacer Heavy Metal. Esos poderosísimos riffs, esa batería machacando y ese bajo tronando le dan al tema una solidez increíble. La melodía vocal es la precisa, va perfecto con la instrumentalización. Hay que destacar la presencia del teclado, muy propio del género progresivo, lo que hace al tema más entretenido aún. El estribillo es de esos que un concierto cantarías a todo pulmón, lo mismo que al gritar “Mentalize! Mentalize!”. Este podría haber sido perfectamente el tema que abriese el disco: un temazo por donde se le mire.
El séptimo track es The Myriad, uno de los más progresivos de todo el disco. Digamos que la veta progresiva del Metal esa una que se le da bastante bien al Sr. Matos, y eso se hace patente en este tema. Una muy buena canción a decir verdad. No será rápida ni atronadora como Mentalize o Shift the Night Away, pero sus virtudes van por otro lado, en la variedad, principalmente (bueno, siendo un tema progresivo, resulta obvio). Digamos también que los bajistas nunca han sido estrellas (salvo muy contadas ocaciones), y ésta tampoco va a ser la excepción, pero quería detenerme un segundo en resaltar la labor de Luis Mariutti, que no sólo en esta canción, si no que en todo el disco, es impecable. Volviendo al tema: un poco antes de comenzar el tercer tercio (03:04, para los amantes de la exactitud) se incorpora un coro con voces femeninas que me llamó mucho la atención, pues suena genial. Otro momento muy alto en el disco.
Lo siguiente es alucinante. Juro que al oír por primera vez el comienzo de When the Sun Cried Out se me erizó la piel, de alguna manera es espeluznantemente hermoso. Este corte es bastante especial. Después de ese comienzo tan particular viene un pasaje de Power Metal puro, pero que también tiene una particularidad. Creo que esta es la canción más rica en cuanto a orquestaciones hasta el momento; a decir verdad, ese pasaje que menciono suena a Power Metal Sinfónico. Luego tenemos el verso, que es destacable por cuanto sólo consta de un piano y la voz de Andre, y es muy cautivante en cuando a melodía, un momento de tranquilidad que contrasta con el azote del estribillo. Incluye también un puente instrumental en mid-tempo que es notable. Nuevamente el estribillo, que da paso a un cierre en piano tan cautivante como lo del inicio. Las letras en este disco no son uno de los puntos más altos (algo raro si hablamos de Andre Matos), pero en When the Sun Cried Out es distinto, pues merece atención al menos. Una gran, gran canción; mi favorita de todo el álbum, aunque quizás (y sólo quizás) no la mejor.
Prosigue Mirror of me, que es a mi parecer uno de los puntos bajos del disco, la canción más floja, para decir las cosas como son. Siendo franco y lacónico diré que simplemente es aburrida. Lo mejor del tema son las guitarras, muy potentes en los riffs y con buenos solos, pero la verdad no alcanzan a salvar la canción. Podemos decir que no es en ningún caso una genialidad, y que su ausencia se lamentaría poco, completamente prescindible.
Afortunadamente le sigue Violence. Esta debe ser LA canción diferente del disco. Si bien Matos intenta hacer de cada composición algo único en cuanto a sus características, lográndolo en buena medida, creo que éste corte en particular es la que más se destaca por sobre las demás en cuanto a identidad. No es que sea una rareza, para nada, siempre tendrá cabida dentro del Power Metal; sólo me refiero al hecho de que es quizás más identificable que el resto. Pongan atención a los primeros segundos de esta canción: eso es genialidad genuina y pura. ¡Qué momento más inspirado! Les confieso que al terminar de escuchar el disco por primera vez, ese fue EL momento que se repitió en mi cabeza una y otra vez, de eso hablo cuando digo ‘identificable’. Un arreglo de cuerdas que parece sacado de un movimiento lento de alguna sinfonía o sonata propias de los grandes maestros como Haydn o el mismo Beethoven. Sobre eso comienza su andar la batería y la guitarra a medio tiempo, luego un verso en la voz de Andre que es genial, no solo en cuanto a tonalidad sino también en cuanto a letra. Luego una leve aceleración que decanta en un puente muy entretenido, a lo que sigue obviamente el coro, que es uno de los que más me ha gustado en todo el disco. Parte instrumental infaltable: solo de piano (y no teclado, algo que yo agradezco mucho), luego de guitarra, repetición de versos, puente y coro. Finaliza con un fading out de piano: un momento tan notable como el del comienzo. En resumen: otro temazo.
Llegamos así a A Lapse in Time, la otra balada del disco. Si Back to You calificaba como preciosa si se escucha con dedicación, ésta hace lo propio. Eso sí, con la diferencia de que con A Lapse in Time no hay que hacer esfuerzo alguno para que agrade. Es una hermosa balada que se deja escuchar sola, y que en ningún caso tacharía de prescindible. Es una canción muy sencilla en cuanto a los recursos empleados: solo la voz de Andre y su piano, nada de complejidades ni alardes. Es una de esas canciones que de algún modo uno sabe que es más que el deseo de hacer algo bueno, como diría la gente de Asfalto, esto es “más que una intención”. El único pero que uno podría argüir es que es demasiado corta, pero bueno, eso no quita que sea una buena canción.
Nos acercamos ya al final y… ¡Woh! La anterior canción lo relaja a uno demasiado quizás, porque Powerstream casi me descabeza. He ahí una buena estrategia de posicionamiento de las canciones, al menos en la versión que llegó a mis manos. Bueno, el título lo dice todo por sí solo, ¿qué más se puede agregar? Un temón que va a 100 por hora desde el comienzo mismo hasta el final, sin dar respiro. Creo que este tema también podría haber sido un comienzo más feliz para el disco. Es una de esas canción que calzan perfectamente en la definición de Power Metal: velocidad, poder, coros pegadizo, voces en tonos altos, buena vibra en letra y solos portentosos. ¡¿Qué mejor?! De aquellos que en un concierto no puede faltar.
Llegamos al tema de cierre y antes de que empiece a sonar uno se pregunta “¿qué clase de canción será? ¿Otro azote tipo Powerstream? ¿O cerrará con una linda balada?” Nada de eso. Don’t despair es el tema más Hard Rockero del disco, algo que ya se había exhibido con I will return, pero en una variante mucho más melódica. Lo cierto es que este Heavy/Hard Rock se le da muy bien a Matos, lo mismo que el Heavy y el Power propiamente tal, y sabemos que a todo eso le puede añadir pizcas en dosis variadas de Progresivo. Claro, con un tipo que maneja tantos recursos, no siempre puede uno decir una canción es esto, o esto otro. Don’t dispair es un su mayor parte Hard Rock, pero tiene partes bien Heavy y alguno que otro pasaje tirado hacia lo Speed. El comienzo es bastante ganchero, con guitarras que le hacen a uno mover la cabeza al instante, un coro en la misma onda, y con solos geniales. Una gran canción indudablemente, y creo que constituye una buena forma de cerrar la larga lista.
Mentalizer es sin lugar a dudas un buen disco, eso nadie lo puede discutir, así mismo como la calidad de Matos como compositor. Ahora bien, teniendo esa misma idea en la cabeza uno puede hacer algunas críticas a este segundo larga duración, porque luego de ese genial primer lanzamiento, uno (al menos yo) esperaba un disco prácticamente perfecto. Consignemos entonces una cosa: Mentalizer es un buen disco, incluso un gran disco si se quiere, claro que sí, pero no es ese disco que yo estaba esperando. Pero déjenme decir que también me doy cuenta de su valor, especialmente al compararlo con las últimas obras de bandas insignes, y vaya que es superior. Es un disco donde abundan las buenas canciones, es más, hay cuatro o cinco TEMAZOS, pero hay que reconocer que algunas canciones carecen de algo. Un buen disco que pudo ser glorioso.
No, no me olvido de lo que escribí al comienzo de este review: “cada disco debe hablar por sí mismo”. Y con esa premisa en mente oí este disco por completo cinco veces para poder hacer un análisis completo y objetivo, sin tener en cuenta lo anteriormente hecho por Matos, y permítanme confesar que no fue fácil. Como ya he dicho claramente, este es un gran disco, pero su grandeza reside en una infinidad de detalles que pueden pasar inadvertidos a la primera pasada. Después de esa primera escucha a mí me pareció algo decepcionante, para ser honesto, probablemente porque tenía muy en mente lo que fue Time to be Free, o quizás porque de verdad hay temas que cuesta más escuchar y encontrarles lo genial. Pero hay que escuchar cada tema por lo que es, y así el balance final es más que positivo, porque cada canción tiene lo suyo, unas más que otras, es cierto, pero en conjunto conforman un gran disco.
Andy Zepeda

Segundo disco 10 que supuso para mí un cambio de rumbo, el cual ya comenté en el anterior, que puedes leer aquí. Un buen disco de power metal con influencias prog de uno de mis 5 cantantes favoritos.
Andre Matos no solo es uno de los mejores cantantes de metal desde los 90 hasta ahora, sino la última banda que él mismo lidera después de haber sacado muy buenos discos con sus anteriores formaciones, como Viper, Angra o Shaman.
Esta nueva incursión inició en 2006 después de abandonar Shaman, el mismo grupo que creó con sus compañeros Luis Mariutti y Ricardo Confessori de Angra y Hugo (hermano de Luis) a la guitarra. Esta vez Ricardo se quedaba finalmente fuera debido a su posible vuelta a Angra, que finalmente se hizo realidad. Su puesto lo ocupó un nuevo debutante, Eloy Casagrande, que con 16 años grabó el primer disco bajo el nombre de Andre Matos.
En 2007 salió a la luz el primero, con el nombre “Time To Be Free”, el cual tuvo buenas críticas por todo el mundo, alzando a Andre Matos a la cima de los mejores cantautores del power metal internacional. Es realmente una verdadera joya del género que además supone un final en el ciclo compositivo del artista brasileño. Este final viene dado por “Mentalize” en la segunda mitad de 2009, en el que incorpora elementos progresivos a sus composiciones power otorgando un nuevo sonido más técnico.
Este tipo de mezclas eran comunes por esas fechas, los mismos Angra también lo intentaron con “Aqua” en 2010, pero no fue una buena idea. Muchos hablaban de duelo entre las dos bandas para ver quién sacaba el mejor disco… Sinceramente, pienso que Matos gana por mucha diferencia, siendo este “Mentalize” para mí su mejor disco de estudio desde “Holy Land”.
Antes de empezar a comentar el disco he de decir que, como en los demás y cumpliendo el requisito principal de esta sección, todas y cada una de las canciones me parecen grandes composiciones.
Comenzamos con “Leading On”, y qué mejor forma de empezar un disco en el que introduces cambios que con la que más se notan. Así es, desde el principio se nota que es una continuación de “Time To Be Free” con esas voces tribales que escuchamos en “Rio”. La batería toma el control junto a la voz y son los dos puntos fuertes durante todo el disco, aunque sin desmerecer el buen trabajo del resto de integrantes. Se divide en dos partes, divididas del solo de guitarra, la primera es totalmente progresiva con Eloy marcándose un ritmo de los complicados, sin embargo en la segunda es totalmente power. La guitarra y bajo sin embargo no varían en nada sus ritmos durante toda la canción. Un buen comienzo sin duda que promete.
“I Will Return” presenta también dos partes diferenciadas, pero en este caso transcurren durante todo el corte. Son, la parte sin guitarra en la que el piano y la voz de Matos son claros protagonistas con una voz totalmente clara y entendible y la parte del estribillo en la que nos entran ganas de corear ese “you know I will return…”. Es un tema más power, que continúa la línea de los anteriores trabajos, finaliza a piñón fijo de doble bombo según disminuye el volumen.
Power del nuevo estilo alemán creado por bandas como Gamma Ray o Blind Guardian es lo que podemos detectar al escuchar “Someone Else”, es decir, power mezclando con varios recursos como el teclado, llevándolo a un punto con más protagonismo y las dos guitarras interpretando fragmentos solistas y rítmicos al unísono. Aun así la voz de Andre no es eclipsada ni mucho menos, una vez más contamos con un estribillo de los que en directo ponen la piel de gallina. Después del interludio a piano y teclado hay un buen solo de guitarra que recuerda a Henjo Richter de Gamma Ray. Finalmente la canción termina con el mismo ritmo con que empieza.
Y hablando de canciones que acaban como empiezan, aquí tenemos uno de los grandes temas del disco, “Shift The Night Away”. Es hora de ponerse el cinturón y prepararse para el despegue que se anuncia con el ritmo de la guitarra emulando el estilo de Helloween de los 80 para encontrarnos de lleno con un ritmo muy rápido de batería en el que, sin embargo, la voz no ha sufrido mucho cambio, exceptuando los agudos. Una canción totalmente power dejando a un lado los experimentos, el estribillo es de los mejores del disco, participando todos y cada uno de los miembros coreándolo. Cinco minutos de infarto de los que no se desprecia ni un segundo.
Y después la tempestad llega la calma… “Back To You” es una bonita balada medio tiempo en la que la voz y el piano, ambos por parte de Matos son claros protagonistas. Destacar la labor de los coros, presentes en todo momento para redondear un tema que parecía soso maquillándolo y haciendo que sea atractivo. Con un solo de guitarra al final, cosa típica en este tipo de canciones. Es el tema más flojo del disco pero no por ello malo, gana mucho por las interpretaciones vocales.
Llegamos casi a la mitad del disco y nos encontramos con la esencia de este segundo álbum de estudio de Andre Matos en solitario, de aquí al final poco se puede decir que sea malo, todo lo contrario, a partir de aquí se produce la mayor concentración de buenos momentos y temas del disco.
“Mentalize” llega pegando fuerte con un ritmo cortante de guitarra y batería, es la canción más “progresiva” por decirlo de alguna forma. Conlleva varios cambios de ritmo, sobre todo a la hora del estribillo con un estilo muy power a la vez que llamativo. Aquí tenemos a la guitarra solista marcando sonidos a modo de imitación de la voz, un punto a favor al ser innovador. Eloy vuelve a ser laureado por su buen manejo con los pies intercalando entre bombos y charles. Una buena segunda parte se nos avecina. Y no es broma, de una forma muy parecida comienza a sonar “The Myriad”, para muchos la mejor canción del disco. Sin duda atrás no se queda, recuerda a su época en Angra y Shaman en la parte vocal coprotagonizada junto a la guitarra, pero es cierto que hay varios estilos en conjunto. Lo más destacable para mí es la voz, aquí Andre Matos demuestra ser una de las grandes voces al usar casi todo su registro, desde el tono más bajo hasta el más agudo. Lo mejor de todo es que luego en directo clava esta interpretación.
“When The Sun Cried Out” parece ser la sucesora de “Shift The Night Away” por el ritmo arrollador con el que empieza, pero resulta ser un experimento que mezcla power tradicional con elementos progresivos clásicos. El resultado, la canción más oscura del disco debido a su sonido, más grave al utilizar las últimas cuerdas además de ese teclado de acompañamiento que profundiza en cada comienzo. Las partes lentas están bien acompañadas de la guitarra rítmica de Hernandes, que se compenetra muy bien con Hugo a la hora de hacer el solo de la canción. Sin duda una canción más experimental pero que gusta mucho debido a esos cambios de ritmo.
Si antes nos habíamos quedado con ganas de escuchar una canción rápida, no se hace esperar, porque “Mirror Of Me” ya está aquí. Aparentemente no es la típica canción power que empieza y termina igual, no, aquí se va desarrollando todo en la marcha. Lo que más me gusta de este corte es la voz, cómo no, pero lo que voy a destacar son dos aspectos. El primero es el intervalo que crean las guitarras con Eloy en el ritmo, primero siendo ellas las protagonistas y luego cambiando con la batería en el estribillo. Si en la anterior había “oscuridad”, aquí hay “luz”, como se puede notar en los solos de guitarras con notas agudas. Un buen tema sin duda, de mis dos favoritos.
“Violence”, canción muy movida con un estilo progresivo pero con ritmos típicos del power, empieza con un medio tiempo con la guitarra llevando la delantera, según va avanzando el tiempo la batería también lo va haciendo en los pies, finalmente llegamos al estribillo de la forma más rápida que puede alcanzar Eloy Casagrande. Un estribillo coreado por todos junto a la voz principal que en este tema está un poco apartado, aunque su momento brillante es en la actuación al piano, emulando el estilo clásico de Chopin y mezclándolo con sus composiciones metálicas. Sin duda un tema que hay que tener en cuenta más en la composición que en la representación.
Vamos llegando al final y la segunda balada se nos echa encima a modo de respiro, y no viene mal. Una vez más Andre Matos nos da un recital con su increíble voz y su manejo en las teclas del piano clásico. “A Lapse In Time” en definitiva recuerda mucho a la gran balada de su predecesor, “A New Moonlight”, aunque a mí, sinceramente, a la que más me recuerda es a “Inside” de Avantasia, porque va directamente al grano. Un buen tema que gusta mucho a los que buscan una buena y bonita voz en solitario para relajarse.
La principal razón por la que escribo este artículo es por la siguiente canción, mi favorita de entre todas, si tuviera que elegir una sería: “Power Stream”. Para todos ellos que me dicen que sólo pienso en progresivo, les digo, “desde que tengo memoria he escuchado power metal y el decir que ésta canción es de las buenas, creo que es prueba más que suficiente para creerme” y es cierto, la canción desde su comienzo arrollador no deja títere con cabeza. Aquí todos toman protagonismo por igual, no se escapa nadie.
Este es el final del disco, aunque hay una canción más, una versión de “Don’t Despair”, originalmente de Angra, que nunca no se publicó de forma oficial se puede encontrar en la demo “Reaching Horizons (versión extendida)” de 1992, la cual cuenta con las primeras grabaciones de estudio de la banda brasileña. 17 años más tarde Andre Matos (uno de sus compositores) la rescata para sacarla a la luz de forma oficial. Por tanto, es la última canción de Angra con Andre Matos a la voz, un tema que realmente está bien, con un solo de guitarra más que decente y muy típico del dúo brasileño y una buena actuación vocal.
Espero que os haya gustado todo este rollo!
Moralabad

Que lo disfruten...




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Lo más visto de la semana pasada

Los 100 Mejores Álbumes del Rock Argentino según Rolling Stone

Quizás hay que aclararlo de entrada: la siguiente lista no está armada por nosotros, y la idea de presentarla aquí no es porque se propone como una demostración objetiva de cuales obras tenemos o no que tener en cuenta, ya que en ella faltan (y desde mi perspectiva, también sobran) muchas obras indispensables del rock argento, aunque quizás no tan masificadas. Pero sí tenemos algunos discos indispensables del rock argentino que nadie interesado en la materia debería dejar de tener en cuenta. Y ojo que en el blog cabezón no tratamos de crear un ranking de los "mejores" ni los más "exitosos" ya que nos importa un carajo el éxito y lo "mejor" es solamente subjetivo, pero sobretodo nos espanta el concepto de tratar de imponer una opinión, un solo punto de vista y un sola manera de ver las cosas. Todo comenzó allá por mediados de los años 60, cuando Litto Nebbia y Tanguito escribieron la primera canción, Moris grabó el primer disco, Almendra fue el primer

Caligula's Horse - Charcoal Grace (2024)

Y cerramos otra semana a pura música en el blog cabezón con otro de los mejores discos que saldrán este año, una banda que desde hace rato estoy tentado a traer, que están dentro del mismo umbral que bandas como Pain Of Salvation, Leprous, Tesseract y Haken, algo que viene del metal progresivo pero verdaderamente aquí la intensidad solo llega a un heavy prog, eso sí, con muchísimas emociones y una carga melódica muy importante, que busca fusionar ideas no convencionales dentro del metal. Este último trabajo, su sexto trabajo de estudio, no solamente es su mejor trabajo hasta el momento sino que además es algo nuevo y fresco, muy amable y fácil de escuchar pero también algo bastante profundo donde la emoción supera al virtuosismo, presentando pasajes delicados y mucha elegancia que trata sobre las experiencias vividas por todos nosotros durante estos tiempos difíciles, que aborda lo sombrío de la pérdida, la alienación y la angustia, habla de la catarsis personal y social, en fin, t

Sleepytime Gorilla Museum - Of The Last Human Being (2024)

Desde hace años tenía la intención de publicar en el blog cabeza algún disco de ellos, luego se disolvieron por algún tiempo y el deseo de presentarlos en sociedad fue olvidado, o casi. Pero ahora regresan en modo resurrección, con tremendo disco (este será uno de los mejores que verá la luz en este actual 2024). Y entonces aprovecho para presentar en sociedad las bestias del RIO (o sea lo que sea ese estilo indescriptible que estos tipos practicaron desde siempre), que siguen con el estilo de siempre, donde la música puede ser muy pesada a veces pero también muy atmosférica y tiene elementos de música clásica, con muchas capas diferentes de todo tipo de instrumentos, también clásicos como violín, trompeta, glockenspiel y piano, lo que da como resultado una simbiosis entre Univers Zero y Sepultura, Isildurs Bane y King Crimson, John Zorn y Henry Cow, mezclando intrumentos y voces femeninas y masculinas, complejo pero al mismo tiempo melodioso, denso pero con elementos de sensibilid

La Máquina de Hacer Pájaros - 10 de Mayo 20 hs.

Mauricio Ibáñez - Shades of Light & Darkness (2016)

Vamos con otro disco del guitarrista chileno Mauricio Ibáñez, que ya habíamos presentado en el blog cabeza, mayormente instrumental, atmosférico, plagado de climas y de buen gusto, "Shades of Light & Darkness" es un álbum que muestra diferentes géneros musicales y estados de ánimo. Se relaciona con diferentes aspectos de la vida humana, como la sensación de asombro, crecer, lidiar con una relación problemática, el éxito y el fracaso, luchar por nuestros propios sueños y más. Cada una de las canciones habita un mundo sonoro único, algunas canciones tienen un tono más claro y otras más oscuras, de ahí el título, con temas muy agradables, melancólicos, soñadoros, algunos más oscuros y tensos, donde priman las melodías cristalinas y los aires ensoñadores. Un lindo trabajo que les entrego en el día del trabajador, regalito del blog cabezón!. Artista: Mauricio Ibáñez Álbum: Shades of Light & Darkness Año: 2016 Género: Progresivo atmosférico Duración: 62:34 Refe

OVRFWRD - There Are No Ordinary Moments (2024)

Si vamos a presentar los mejores discos de este 2024 no podemos dejar afuera al último trabajo de una de las mejores bandas instrumentales de la actualidad. Hay demasiados aspectos destacados en este álbum, el quinto de una de las pocas bandas que pueden hacer un disco largo e instrumental que no decaiga ni aburra ni por un segundo, con 10 temas y 68 minutos donde se funde el jazz, el space rock, el sinfonismo, el heavy prog, todo aderezado con pizcas de psicodelia, bastante clima y muchos matices diferentes, y es maravilloso ver como logran crear diferentes estados de ánimo, atmósferas, sonidos, en una amalgama muy interesante, en algo que se podría definir como la mezcla de King Crimson y Rush, y se hace obvio que han estado tocando juntos durante muchos años, por lo que su comprensión musical e incluso emocional se expresa maravillosamente en canciones como las que están plasmadas en este trabajo. Otro ejemplo de que hay muchísima música increíble surgiendo cada hora, las 24 hor

La Mesa Beatle: Iba acabándose el vino

Buenos días desde La Barra Beatles. Hoy reunidos para recordar una hermosa canción, de las más lindas del cancionero de nuestro rock: “Iba acabándose el vino”, de Charly García. Está en un gran disco llamado “Música del Alma”, un álbum altamente recomendable para amantes de la música acústica. Para introducirnos en el tema voy a traer a un amigo que se nos fue hace varios años, Hernie, conocido en la barra brava de Ferro como “El eléctrico”. Probablemente este pibe sea el mayor fanático de García que conocí. Solía relatar las frases de Charly de un modo tan sentimental que hasta el propio autor se hubiera quedado oyendo a esa voz que venía desde tan adentro, casi desde el significado mismo de la canción. Se notaba que la había recorrido, conocía bien esos vericuetos que están detrás de las palabras, esas notas que la melodía no canta y que, ni bien empieza el tema, la imaginación le hace un coro en silencio que atraviesa todos los compases, los adorna y queda dando vueltas por los parl

Humillación

Jorge Alemán afirma en esta nota (tan actual aunque haya sido escrita hace siglos: el 5 de octubre de 2023) que la pesadilla del avance de la ultraderecha argentina, experta en crueles humillaciones, comenzó hace tiempo y parece que las razones argumentadas que se presentan no alcanzan para despertar de este mundo distópico. Por Jorge Alemán "La historia es una pesadilla de la que estamos intentando  despertar". James Joyce Además del lógico temor frente a que las ultraderechas se queden con el gobierno, estamos asistiendo a uno de los espectáculos más humillantes de la historia argentina. La pesadilla ha comenzado hace tiempo y no parece que las razones argumentadas que se presentan sirvan para despertar de este mundo distópico.   Un clan experto en humillaciones crueles, con matices delirantes que apuntan con una ametralladora de estupideces que son pronunciadas con fruición y goce, se presenta para ocupar las más altas responsabilidades de la Nación. Es el punto

Cuando la Quieren Enterrar, la Memoria se Planta

El pueblo armado con pañuelos blancos aplastó el intento de impunidad . Alrededor de medio millón de personas se manifestaron en la Plaza de Mayo para rechazar categóricamente el 2x1 de la Corte a los genocidas. No fue la única, hubo al menos veinte plazas más en todo el país, todas repletas, además de manifestaciones en el exterior. Una multitud con pañuelos blancos en la cabeza pudo más que todo el mecanismo político-judicial-eclesiastico-mediático, forzando al Congreso a votar una ley para excluir la aplicación del "2x1" en las causas de lesa humanidad. Tocaron una fibra muy profunda en la historia Argentina, que traspasa generaciones. No queremos genocidas en la calle: es tan simple como eso. Tenemos que tolerar las prisiones domiciliarias a genocidas, que se mueran sin ser condenados o que sean excarcelados gracias a los jueces blancos. Cuesta muchísimo armar las causas, años. Muchos están prófugos, muchos no pudieron condenarse por falta de pruebas y otros porque tard

Kosmovoid - Space Demon (2021)

Todo un viaje. Seguimos con la saga de buenos discos brasileros, y presentamos el tercer álbum del power trío brasileño Kosmovoid, haciendo una mezcla de krautrock, industrial, psicodelia, ambient, post-rock y space-rock, una mezcla de estilos que no hemos escuchado en otras bandas brasileras, desplegada por una banda que tiene como principales influencias a bandas como Ash Ra Temple, Dead Can Dance, Popol Vuh, Kraftwerk, Tangerine Dream y Goblin entre muchas otras. Aquí los sonidos electrónicos forman parte del espíritu de las canciones, que deambulan de manera instrumental sobre un colchón de ritmos casi tribales, creando un trance ritual generada por una buena armonía entre cada instrumento, buscando siempre no caer en lugares comunes aunque estén claras las referencias y las influencias de su música. Once temas instrumentales envolventes y reconfortantes forman este buen disco, que toma el Krautrock y lo trae al día de hoy, mezclándolo también con otros estilos para crear algo

Ideario del arte y política cabezona

Ideario del arte y política cabezona


"La desobediencia civil es el derecho imprescriptible de todo ciudadano. No puede renunciar a ella sin dejar de ser un hombre".

Gandhi, Tous les hommes sont frères, Gallimard, 1969, p. 235.